sábado, 13 de diciembre de 2008

MODA

La gente suele creer que la publicidad es quien pone de moda algo. Utilizar personajes famosos como anuncios vivientes, distribuir noticias sobre efectos curiosos del producto que se desea vender o situar ese producto en una película de éxito son algunos de los trucos que emplean el marketing y la publicidad para crear una moda... y para que nosotros la sigamos. Pero estos no son los únicos métodos que existen para que una moda se asiente en nuestra sociedad. Durante siglos, las modas se han extendido gracias al capricho de algunos reyes, a espontáneas iniciativas populares y, a veces, incluso a causa de violentos asesinatos. La moda está presente en todos los aspectos de nuestra vida aunque en muchos casos nosotros no somos conscientes de esta realidad.
El hombre copia por naturaleza y con la aparición de los medios de comunicación de masas, esta característica se ha acentuado hasta tal punto que nos encontramos camino de la homogeneidad. El ser humano necesita copiar para sobrevivir. Sabemos hablar porque lo hemos copiado de nuestros padres. El aprendizaje de nuestra infancia se basa en reproducir lo que hacen los seres que nos rodean. A medida que crecemos, cada uno de nosotros desarrolla su independencia de diferente manera. Pero, aunque en mayor o menor grado, todos necesitamos sentirnos integrados en nuestro entorno. No nos gusta ser diferentes. Quizás por eso existen las modas, para intentar igualar nuestras diferencias. “La historia del vestido es, sin duda, la fuente obligada para buscar los orígenes de la moda, como tal, no se ha producido en todas las civilizaciones y en todas las épocas. Se necesita un entramado de ideales estéticos, de deseos funcionales, de vanidad encubierta y de amor a la fantasía para entender la aparición de este fenómeno y su influencia en la sociedad” .

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