martes, 28 de octubre de 2008

OBJETIVOS GENERALES

El obejtivo final, si pudiera llevar acabo el proyecto, sería conseguir una imagen en movimiento.

Pero la parte del proyecto que voy a desarrollar llegaría hasta el storyboard, crearé los personajes, acordes con el tema y los iré dibujando con varios movimientos con el fin de contar una historia en la que se vea que los cánones o patrones de belleza son variables y pasajeros y que siempre han respondido a motivos sociales y económicos.

Así, por ejemplo, las mujeres ricas de antaño debían ser gordas para demostrar que no tenían por qué trabajar y que comían abundantemente. Hoy día, en los países desarrollados, la obesidad es considerada una especie de epidemia que provoca enfermedades derivadas del exceso de peso. Y eso no vende. Lo que hoy tiene éxito es un cuerpo delgado, ágil y esbelto que demuestre a los demás que puede consumir alimentos escogidos y tiene tiempo suficiente para ir al gimnasio o hacer deporte.

Siempre ha habido motivos ocultos detrás de cada prototipo de belleza: si se quiere incrementar el índice de la natalidad el ideal de belleza se forma con caderas anchas y pechos grandes; si se quiere ostentar la condición de clase social dominante se muestra la gordura en tiempos de hambruna o crisis; si se quiere mostrar cuidado de la imagen, selección de alimentos, exaltación de la juventud y tiempo libre para cuidarse físicamente se muestra un cuerpo con unas dimensiones de 90-60-90 con cabellos rubios y aspecto frágil, o cuerpos delgados, casi infantiles; si se quiere mostrar dinamismo, fortaleza física y aventuras se presenta un cuerpo más musculoso y una tez más curtida. Parece ser que estos tres primeros modelos se han alternado en la historia, aunque quizá por distintos motivos y con leves variantes. El último es una variante del tercero, del contemporáneo, igual que existen otras variantes como el de la belleza tecnológica. Existe un modelo más, el postmoderno. El modelo postmoderno parece haberse liberado de la estética para transformarse en bienestar físico, mental, intelectualidad y educación en valores. No obstante, el modelo postmoderno no se ha impuesto en la publicidad.

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