jueves, 16 de octubre de 2008

TRES VIVENCIAS

Ya desde pequeñita me ha dado coraje que la gente se meta con aquellas personas que son más débiles, que tienen algún problema o simplemente que son diferentes.

Cuando iba al colegio de parvulitos, allá por mis seis años, conocí a una niña llamada Almudena, no iba a mi clase pero la veía todos los días sentada en una esquina del patio, yo siempre la veía sola, asique un día le pregunte que porque no jugaba con nadie, ella muy tímida me dijo que nadie queria hablar con ella porque siempre tenia mocos y no hablaba casi nunca. Como me ponia triste verla allí, le dije que yo sería su amiga. Día a día fue tomando más confianza conmigo y se empezo a relacionar un poco con la gente.

Todos merecemos un voto de confianza, una oportunidad para poder mostrarnos tal y como somos; unos son muy lanzados, otros se lo piensan dos veces antes de actuar y otros simplemente necesitan un empujoncito, saber que tienen a alguien que cree en ellos.

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